Graus (8 de marzo de 1064). Rodrigo, con tan
solo 14 años de edad, acompaña al rey, Sancho II,
de Castilla, en la batalla contra Ramiro I, rey
de Aragón, al que derrotan. La disputa
de las parias de Zaragoza, cuyo rey al-Muqtadir,
pagaba al rey de Castilla, obligó a este a defenderle del ataque de Ramiro I, que pretendía reclamarlas para sí. En esta
batalla, resultó muerto el rey Ramiro I. Aunque algunas fuentes cristianas
atribuyen su muerte a manos del rey Sancho II,
la Crónica de Aláon fechada en 1154, se la
imputa a los moros. Confirman también fuentes musulmanas, que un moro llamado Sádaba, fue quien hirió de muerte al rey aragonés de una lanzada en el
ojo.
Rodrigo, tras esta batalla, aunque no hay
noticias de que tuviese una participación especial, fue nombrado caballero: cingulum militie eidem cinxit.
Llantada
y Golpejera (19 de julio de 1068). Muerta la reina madre, doña Sancha. El
rey Sancho II, rey de Castilla, que se consideraba el más perjudicado por el
reparto del reino, realizado por su padre el rey Fernando, decide enfrentarse a
su hermano Alfonso, rey de León, en el campo de Llantada, termino de
Lantadilla, haciendo huir a su hermano que vuelve a León, y obteniendo para
Castilla, la recuperación del condado de Monzón, que siempre le había pertenecido
desde los tiempos del conde Fernán González. En esta batalla Rodrigo, participa
activamente, y así lo recoge la Historia Roderici: El rey Sancho, distinguía a
Rodrigo con tan intenso amor y notable predilección, que le puso al frente de
toda su mesnada, pues Rodrigo creció y se convirtió en un fortísimo guerrero y
<<Campi doctus>> (distinguido en la pelea) en la corte del rey
Sancho. En todos los combates que Sancho mantuvo con su hermano Alfonso, en
Llantada y en Golpejera, venciéndolo, en esas ocasiones Rodrigo Díaz era el
portador de la bandera regia, y destacó y sobresalió entre todos los caballeros
del ejército del rey.
(1
Cabra (1079)
Enviado el Cid, por el rey Alfonso, a cobrar las
parias del emir de Sevilla, al-Mutamid, se
encuentra con que el rey de Granada, al-Mudaffar,
acompañado de cristianos, entre los que se encontraban, García Ordoñez, Fortun Sánchez, yerno del rey de Pamplona, Lope Sánchez y Diego Pérez,
entre otros, pretenden atacar a al-Mutadir. El
Cid, le conmina a desistir de atacar Sevilla, pero ellos confiados por su
superioridad numérica, no hacen caso y avanzan hacia Sevilla, saqueado todo a
su paso, hasta llegar a la fortaleza de Cabra.
Hasta allí, llegó el Campeador
combatiendo contra los granadinos a los que infringió una soberana derrota,
muriendo muchos musulmanes, y también cristianos. Huyendo los del rey de
Granada.
El Cid,
capturó muchos prisioneros, entre los que se encontraban el conde García Ordoñez, López Sánchez y
Diego Pérez, a los que mantuvo cautivos durante
tres días, dejándoles libres sin tiendas ni pertenencias.
Sancho Ramirez y al-Fagit, Agosto de 1084. Por encargo del rey al-Mutamin, el Cid invadió la taifa de Lérida, saqueando y destruyendo todo lo que se le ponía por delante -antes también había penetrado en las tierras del reino de Aragón próximas a la fortaleza de Monzón- sobre todo en las montañas que se llaman de Morella y su comarca. Atacó el mismísimo castillo de Morella causándole enormes daños. Con esta campaña pretendía establecer una base permanente de operaciones para hostigar al rey taifa de Lerida poniendo enjaque a la fortaleza de Morella, reedificando un castillo con el nombre de Alolala (Olocau) en árabe Hisn al-Uqab (castillo del Agruila), a veinte kilómetros de Morella. Esto molestaba tanto al rey de la taifa de Lerida, al-Fagit, que se reunió con el rey Sancho de Aragon para quejarse del hostigamiento de Rodrigo. Llegaron ambos al acuerdo de unir sus fuerzas y ayudarse para enfrentarse a el en campo abierto.
Congregaron ambos sus ejércitos y fuero en busca del Campeador. Acamparon a orillas del rio Ebro y desde allí le enviaron un emisario exigiéndole que abandonara el castillo donde estaba pertrechado. Rodrigo que se encontraba cerca, dio respuesta al emisario: "Si el rey, mi señor, quiere atravesar pacíficamente por mi territorio, yo le serviré con mucho gusto, no solo a el sino también a todos sus hombres; mas aún, si lo desea, le daré cien de mis soldados, para que le sirvan y acompañen en su camino". Cuando el rey Sancho oyó la respuesta de Rodrigo que no accedía a ninguna de sus exigencias montó en cólera y con marcha rápida envió el formidable ejercito que mandaba en alianza con al-Fagit hasta las cercanías del campamento del Cid. Este al verlos juró hacerles frente y que jamás huiría ni dejaría de darles la cara permaneciendo firme en el terreno.
Almenar (1082)
al-Motamin, rey de Zaragoza, y Rodrigo, acordaron fortificar el antiguo
castillo de Almenar, sito a unos 20 kilómetros al norte de Lérida, donde
reinaba al-Fagit, hermano de al-Motamin y enemistado con este.
Al-Fagit, buscó aliados para hacer frente a la osadía
de su hermano, y se reunió con el conde Berenguer, el conde de Cerdaña, el
hermano del conde de Urgel, y con los gobernantes de Ampurias, Rosellón,
Carcassona y Besalú, y acordó con ellos que todos marcharan junto con al-Fagit
y cercaran el castillo de Almenar, lo que pusieron por obra inmediatamente. Lo
cercaron y lo combatieron durante largo tiempo, hasta que vino a faltar el agua
a los que estaban en el castillo. (Historia Roderici, p.52).
La gran alianza de los condados
catalanes y el de Carcassona con el rey musulmán de Lérida, se entiende desde
la preocupación que les causaba a los condes catalanes no poder expandirse
hacia el sur, temiendo que la conquista del reino de Lérida por el reino de
Zaragoza les envolviese.
En el momento del asedio a la
fortaleza de Almenar, Rodrigo se encontraba en la fortaleza de Escarp, en
confluencia del rio Cinca con el Segre, a 30 kilómetros de Lérida, y a 45 kilómetros
al sur de Almenar. El Cid enterado del esfuerzo que estaban realizando los
defensores de la fortaleza, mandó emisarios a Zaragoza, solicitando a,
al-Mutamin, al que servia, que acudiera en ayuda de Almenar.
Al-Mutamin, se reunió con el Cid,
en Tamarite de Litera, a 11 kilómetros al noroeste de Almenar. En las
conversaciones que mantienen, al-Mutamin, ordena al Cid que ataque a los que
sitian la fortaleza, y el Cid, le aconseja a, al-Mutamin, que mejor sería que
le diese a su hermano dinero para que desistiese del asedio, que no guerrear
contra él. Al-Mutamin, hace caso al Cid, y este, manda emisarios a los condes
catalanes, y a al-Hayib, con el ofrecimiento, pero estos hacen oídos sordos a
la propuesta.
Rodrigo, irritado por la
negativa, ordena a sus caballeros que se preparen para el combate, y parten
inmediatamente hacia donde se encuentra el ejército de los sitiadores. El
combate se inicia con un choque frontal entre los dos ejércitos. No resisten
durante mucho tiempo la coalición de los condes con el reyezuelo musulmán el
empuje de las mesnadas del Cid, y viéndose perdida la batalla, los condes
intentan huir y ponerse a salvo. Berenguer Ramón II, conde de Barcelona y el
cristiano con mayor rango, es hecho prisionero.
El conde Berenguer Ramón II, fue conducido
al castillo de Tamarite y puesto a disposición del al-Mutamin, que a los cinco días
lo liberó junto con todos los demás prisioneros. Según las crónicas, fue una
decisión tomada tras los ruegos del Cid para que los liberara.
Morella |
Congregaron ambos sus ejércitos y fuero en busca del Campeador. Acamparon a orillas del rio Ebro y desde allí le enviaron un emisario exigiéndole que abandonara el castillo donde estaba pertrechado. Rodrigo que se encontraba cerca, dio respuesta al emisario: "Si el rey, mi señor, quiere atravesar pacíficamente por mi territorio, yo le serviré con mucho gusto, no solo a el sino también a todos sus hombres; mas aún, si lo desea, le daré cien de mis soldados, para que le sirvan y acompañen en su camino". Cuando el rey Sancho oyó la respuesta de Rodrigo que no accedía a ninguna de sus exigencias montó en cólera y con marcha rápida envió el formidable ejercito que mandaba en alianza con al-Fagit hasta las cercanías del campamento del Cid. Este al verlos juró hacerles frente y que jamás huiría ni dejaría de darles la cara permaneciendo firme en el terreno.
A la mañana siguiente los ejércitos de el rey Sancho y al-Fagit atacaron a los hombre de Rodrigo. Fue un combate duro y trabado. Ambas huestes lucharon largo tiempo, hasta que finalmente el rey Sancho y al-Fagit vencidos y confusos, dieron la espalda y huyeron delante del Campeador que los persiguió durante un largo trecho apresando entre otros al Obispo Raimundo Dalmacio, el conde Nuño de Portugal, el conde Sancho Sanchez de Pamplona, Nuño Suarez de León, Gustios Gonzalez, Anaya Suarez de Galicia, Calvet de Sobrabre, Iñigo Sanchez de Monclús, Simon Garcia de Buil, Pipino Aznar, Laín Perez de Pamplona, sobrino del conde Sancho, Fortunio Garcia de Aragón, Sancho Garcia de Alquezar, Garcia Diaz de Castilla y Blasco Garcia, mayordomo del rey. Fueron en total hechos prisioneros mas de dos mil.
tengo una pregunta no la he podido responder :
ResponderEliminares la siguiente .
ademas de las que se cuentan en esta novela grafica. rodrigo tuvo muchas batallas alo largo de diez años.
¿ puedes nombrar algunas de esas batallas ?¿ como las abras ganado'
individuo de vida errante que recorre castillos y aldeas; a cambio de dinero, informa de los acontecimientos de actualidad a un público ávido de noticias (función informativa) y lo divierte mostrando un amplio repertorio de habilidades, como juegos de circo, acrobacias, canciones acompañadas de instrumentos musicales o relatos de diversa índole (función lúdica).
ResponderEliminarSu arte, más descuidado y espontáneo que el de los cléri symcdata.info/confederacion-peruano-boliviana/