Homenaje a la figura del mas grande héroe legendario que ha dado España. Nacido en el medievo, castellano por excelencia; tuvo el reconocimiento incluso de sus enemigos que le admiraban, como fue el caso del escritor árabe Ibn Bassam, que al describir el asedio a Valencia lo retrata como uno de los milagros del Altísimo, por la firmeza de su carácter y su valor heroico que le llevaron siempre a la victoria. Héroe de leyenda, sus gestas fueron durante mucho tiempo pregonadas por cantantes y juglares a través de romances y cantares. La plasmación mas poética ha quedado reflejada en "El Cantar de Mio Cid". Acusar al Cid de ser solo un mercenario en tiempos donde reyes cristianos y moros creaban y traicionaban alianzas en pos de intereses propios supone una afirmación demasiado pueril. Han pasado mil años y el Cid sigue cabalgando. La leyenda continua.

LAS ESPADAS DEL CID

Tizona

La espada Tizona, una verdadera joya en la época en la que vivió el Cid, ha sido una de las piezas más codiciadas en la imaginería del popular héroe castellano. Se trata de  una maravilla de la metalurgia islámica.
Lo que hace inconfundible a la espada Tizona, y a lo que debe su nombre, es al color oscurecido de su acero, fruto de la técnica metalúrgica musulmana de fabricación de espadas, la más avanzada de toda la Edad Media. Las espadas emanadas de las herrerías de al-Andalus recibían el nombre genérico y popular de tizones porque, para endurecer el acero, los herreros lo envolvían con pieles para proceder a su fundición al horno, lo que dotaba de más carbono a la hoja (y por tanto más dureza) y le daba ese color oscuro tan característico.
Cuenta el Cantar que Rodrigo se la ganó, matando al rey Búcar de Marruecos que habia puesto cerco a Valencia.

De sus tierras les arrojan y persiguiendoles van.
Vierais allí tantos brazos con sus lorigas cortar,
tantas cabezas con yelmo por aquel campo rodar
y los caballos sin amo correr de aqui para allá.
Aquella persecución siete millas fué a durar.
Mio Cid a aquel rey Bucar a los alcances le va:
<Vuelvete, Bucar, decia, viniste allende el mar
y al Cid de la barba grande cara a cara as de mirar,
los dos hemos de besarnos, pactaremos amistad>.
Repuso Bucar: <¡Que Dios confunda a un amigo tal!>
<Espada tienes en la mano y te veo espolear,
se me figura que quieres en mi tu espada ensayar.
Mas si no cae mi caballo y ningun tropiezo da,
no te juntarás conmigo como no sea en el mar.>
Responde entonces el Cid: <Eso no será verdad.>
Buen caballo tiene Búcar, grandes saltos le hace dar,
pero Babieca el del Cid, a los alcances le va.
Mio Cid alcanza a Búcar a tres brazas de la mar,
alza su espada Colada, un fuerte golpe le da,
los carbunclos de su yelmo todos se los fue a arrancar,
luego el yelmo y la cabeza le parte por la mitad,
hasta la misma cintura la espada fue a penetrar.
El Cid ha matado a Búcar aquel rey de allende el mar,
ganó la espada Tizona, mil marcos de oro valdrá.
Batalla maravillosa y grande supo ganar.
Aquí se honró Mio Cid y cuantos con el están.
 


Colada


 Cuenta el cantar que la  espada Colada, se la gano en batalla al conde de Barcelona, Ramón Berenguer.

Vencido á esta batalla el que en buen ora nasco,
al conde don Remont a presón le á tomado.
Ý gañó a Colada, que más vale de mill marcos de plata,
ý benció esta batalla, por o ondró su barba.